siembra de arroz concluyó en el Litoral argentino y crece la preocupación entre los productores a la hora de hacer las cuentas para llenar los lotes con el agua necesaria para avanzar con el riego. Por los problemas de abastecimiento resultado de la bajante del Río Paraná, los productores ya descuentan tomar el agua necesaria de las napas y allí radica la principal preocupación: el costo del gasoil creció hasta en un 50 por ciento por arriba del valor de mercado que ofrece el arroz. A todo esto se suma el incremento de insumos como el fósforo, nitrógeno y otros fertilizantes, y el faltante de productos específicos para combatir las malezas.
Héctor Müller, presidente de la Asociación de Plantadores de Arroz de Entre Ríos, explicó a Infobae que “el riego en los lotes de arroz por ahora es normal, pero hay mucha preocupación. En el centro de Entre Ríos, las napas bajaron bastante y se hace más pesado extraer el agua de los pozos más profundos. Eso implica un mayor costo en electricidad y también en la compra de gasoil”.
“Con la suba que presentó el combustible, la relación arroz – gasoil, se deterioró respecto al año pasado. En el 2020, la relación de un litro de gasoil representaba 2,2 kilos de arroz, y hoy se sitúa en 3,3 kilos, lo que reporta un 50 por ciento más de precio por cada litro de gasoil. Esto sí que preocupa. A esto se le suma la suba de costos en insumos, principalmente en fertilizantes, ni hablar lo que se incrementó el fósforo o el nitrógeno”, agregó.
Con valores que hoy pasan los 1.050 dólares la tonelada de urea para cumplir con el abastecimiento de fertilizantes, este valor se incrementó sensiblemente desde el valor de casi 400 dólares que se pagaba en la anterior campaña de arroz. Un hecho que altera la perspectiva de negocios que pudieron tener en los arrozales pese a que se avizora un muy buen resultado para este cultivo durante la temporada 2021-22. También hay faltantes de productos por la limitación oficial impuesta a la importación.
Más allá de esto, y las dificultades que pudieran surgir a partir del presente mes y enero para cumplir con el llenado del riego en los lotes arroceros, hoy los productores superan un 75 por ciento de los campos ya sembrados durante la presente campaña que cuentan con sus granos ya sumergidos. Asimismo se esperan que durante el verano lleguen algunas lluvias que no solamente beneficien a las zonas arroceras, sino también logren atenuar el impacto que tiene la bajante del Paraná.
Para los valores del arroz, los mismos no cambiaron tanto en el último año: son similares a los de comienzos del 2020, a 2.400 dólares la tonelada de arroz. El tipo de cambio le juega en contra a los arroceros. El arroz exportado durante el 2020 cerró operaciones de comercio exterior a una cotización de 94 pesos por dólar. Hoy apenas se superan los 100 pesos en la cotización que ofrece el Banco Central.
Siembra
Cristian Jetter, secretario de la Asociación Correntina de Plantadores de Arroz, manifestó que “el arroz se terminó de sembrar en todo el país desde Formosa hasta Corrientes, Santa Fe y Entre Ríos. Sabiendo que Corrientes cuenta con el 50 por ciento del área de siembra. Hubo buenas condiciones para siembra pese a que persistía el temor a la Niña, y los ríos estaban relativamente bajos. Se registraron algunas precipitaciones que posibilitó cumplir con la siembra y que los nacimientos fueran buenos”.
“La suma de los insumos nos pegó fuerte: por suerte no hay aumento de combustibles y energía. Esperemos que no se registren alzas y nos permitan tener un riego medianamente económico y sin sobresaltos. Pero hace muchos años que el arroz viene registrando números chicos y esto hizo que se achique la superficie de producción de arroz. Particularmente se ve en Entre Ríos”, dijo Jetter.
Jorge Paoloni, asesor de la Asociación de Plantadores de Arroz de Argentina, recordó que en la zona centro más del 95 por ciento de los lotes ya están sembrados, hay buenos nacimientos y comenzó la irrigación de los lotes. En zonas de San Salvador, Villaguay, Colón y Concordia, no hay mayor inconveniente con el riego de pozos, mientras que en las áreas de represas, hay agua, pero persiste la preocupación “por que hay que ver qué es lo que depara diciembre y enero, cuando hace falta recomponer las aguas de represas con lluvias”, indicó Infobae.