Según advirtió la cartera sanitaria, a los síntomas descritos oportunamente se agregaron rinitis/congestión nasal. Ante la sospecha de COVID-19, el cumplimiento de las medidas de aislamiento resulta clave para disminuir la transmisión del virus.
“Desde ahora se considera caso sospechoso de COVID-19 a toda persona, de cualquier edad, que presente dos o más de los siguientes síntomas: fiebre de 37.5°C o más; tos; dolor de garganta; dificultad para respirar; dolor de cabeza; dolor muscular; diarrea y/o vómitos; rinitis/congestión nasal. Además de la pérdida repentina del gusto o del olfato”.
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En este marco, desde el Ministerio de Salud recordó que “si una persona es considerada caso sospechoso de COVID-19 se debe aislar hasta confirmar o descartar la sospecha; avisar a las personas con las que hayas tenido contacto desde las 48 horas previas al inicio de los síntomas -ya que también deben aislarse-; y comunicarse con el sistema de salud de su jurisdicción”.
En el caso de descartar la infección por SARS-CoV-2, la persona podrá suspender el aislamiento, pero en el caso de confirmar el diagnóstico deberá mantener el aislamiento hasta obtener el alta médica y seguir todas las recomendaciones del equipo de salud, precisaron.
“El cumplimiento de las medidas de aislamiento ante la sospecha de COVID-19 resulta fundamental para contribuir a la disminución de la transmisión del virus en un contexto de alta circulación del mismo en todo el país”, resaltó Salud.
Según explicó recientemente a Infobae la doctora Stella Maris Cuevas (MN 81701), médica otorrinolaringóloga, experta en olfato, alergista y expresidenta de la Asociación de Otorrinolaringología de la Ciudad de Buenos Aires (AOCBA), “si bien esta afección que sufren entre 400 y 600 millones de personas en el mundo es mucho más frecuente con los cambios de estación, puede estar presente todo el año”, y por este motivo podría hacer que una gran cantidad de personas concurran a las guardias médicas ante la sospecha de tener coronavirus.
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En este contexto, alertó que “la ventilación de los ambientes se vuelve doblemente fundamental: debemos pensar siempre que el mayor confort (uso de calefacción) a veces está reñido con las medidas de prevención”.
Las personas alérgicas suelen tener una carga genética: es común detectar el antecedente de padres y hermanos con alergias. La condición se hereda en el 100% de los casos y, si a esto le sumamos las condiciones del medioambiente y la presencia de alérgenos (sustancias extrañas que el sistema inmunitario no reconoce), entendemos la respuesta exagerada del organismo con síntomas que, con el tiempo, llegan a comprometer la calidad de vida del paciente. Es muy importante tener en cuenta que se trata de una afección y no de una infección (no es causada por virus ni bacterias).
Si bien es mucho más frecuente con los cambios de estación (otoño y primavera), la rinitis alérgica puede estar presente todo el año. Los alérgenos intradomiciliarios son los protagonistas: los ácaros presentes en el polvo de la casa son los más frecuentes.
Los ácaros son artrópodos que se reproducen en lugares calientes, oscuros y húmedos. Para ellos, el lugar ideal es la cama, donde se alimentan de las escamas de la piel. Es muy difícil eliminarlos, y suelen dar síntomas con el movimiento al despertar y al incorporarse en la cama. Se necesitan sólo 10 ácaros en un gramo de polvo para sensibilizar y 100 ácaros en un gramo de polvo para desencadenar una crisis alérgica.
Fiebre de 37.5°C o más; tos; dolor de garganta; dificultad para respirar; dolor de cabeza; dolor muscular; diarrea y/o vómitos; rinitis/congestión nasal y/o pérdida repentina del gusto o del olfato, los síntomas de un caso sospechoso contra el COVID-19.
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Otros alérgenos presentes en casa son las esporas de los hongos en lugares húmedos. Están en el aire y provienen, por ejemplo, de las tuberías de las cocinas, las alfombras, los felpudos, los peluches, los empapelados y los tapizados; todos estos son lugares a los cuales se les debe prestar mucha atención.
Las mascotas también tienen alérgenos entre la piel y el pelo y en la saliva, y en el caso del gato, el poder antigénico de la orina que se encuentra en el aire puede desencadenar una crisis.
Según la Organización Mundial de la Salud, entre 400 y 600 millones de personas sufren de rinitis alérgica en todo el mundo. El organismo advirtió que, para 2050, la mitad de la población mundial será alérgica.
Si bien esta enfermedad no es mortal, su mayor problema radica en cómo afecta la calidad de vida de las personas que la padecen. En estos días, si a esto le sumamos el temor a confundir los síntomas con los de COVID-19, el panorama para esta población es realmente devastador.
La rinitis alérgica suele ir acompañada de otros síntomas. A la inflamación de la mucosa nasal se suman otras comorbilidades, como la otitis media serosa (con presencia de moco en el oído medio), laringitis (que causa tos seca), carraspeo permanente y necesidad de aclarar la voz, y rinosinusitis crónica, que puede ir acompañada de la presencia de pólipos y que, además se manifiesta con obstrucción nasal, cefalea e hiposmia (disminución del olfato).
Fuente: Infobae
Fuente: El Día