Aunque la crisis de inseguridad se arrastra desde hace casi tres años, Ecuador tocó fondo en 2023 y terminó con una tasa de muertes violentas superior a los 40 por cada 100.000 habitantes, lo que lo ubica como el país más violento de América Latina. Y este añola crisis se agravó aún más, culminando en el golpe comando de este martes. Y es que en Ecuador casi cada hora muere una persona en un contexto de violencia criminal, con un volumen de casi 8000 muertes violentas en 2023. De hecho, en el sector de Nueva Prosperina, un barrio del sur de Guayaquil, la capital de la provincia costera de Guayas, la tasa llega a 114 por cada 100.000 habitantes, uno de los índices más altos del planeta.
El asesinato a manos de sicarios en agosto pasado del entonces candidato presidencial Fernando Villavicencio -cuando salía de un mitin proselitista en Quito-, así como el de Agustín Intriago, alcalde de Manta, en julio, son dos de los casos que más han resonado y conmovido al país por los alcances políticos.
Masacres en las cárceles
Pero también han generado angustia las continuas masacres en las cárceles, por disputas crueles entre bandas de delincuentes que pugnan por el control de las prisiones o la retahíla de tiroteos en zonas populares donde actúan mafias del ‘microtráfico’ o el asesinato ‘por error’ de niños que dormían en su vivienda en un barrio pobre de Guayaquil. Entre esas muertes se detaca el envenenamiento de siete de las personas procesadas por la muerte de Villavicencio, seis en el Penal del Litoral, en las afueras de Guayaquil y una más en una prisión de Quito.
Y como colofón, sólo basta ver la parrilla de titulares del diario El Universo de este 30 de diciembre, cuando destacó la «noche de terror» que vivió la víspera la ciudad de Esmeraldas, la capital de la provincia costera del mismo nombre y limítrofe con Colombia, donde aparecieron «vehículos incinerados» y se escucharon varios tiroteos.
«Sicarios balearon vehículo afuera del centro comercial en Daule (ciudad vecina de Guayaquil) o «Fiscalía (en Quito) protege sus instalaciones por alertas a posibles ataques», informó el diario en otros titulares del día.
Crisis y violencia
La escalada de violencia también obedece al contexto de crisis económica que soportó el país con la Presidencia del conservador Guillermo Lasso, quien gobernó entre agosto de 2021 y noviembre de 2023, casi la mitad de su periodo recortado por él mismo para evitar su censura en el Parlamento por un caso de supuesta corrupción. Durante su periodo se denunciaron presuntos vínculos mafiosos de altas autoridades policiales y militares, en lo que se denominó como el caso de los «narcogenerales» y cuyo apelativo surgió de la propia Embajada de Estados Unidos en Quito.
Los tentáculos del narcotráfico
El narcotráfico es el principal detonante para la explosión de inseguridad en el país, con sus tentáculos que no sólo sujetan a sectores poblacionales, sino a instituciones como el sistema financiero y al propio Estado. Se conoce que las mafias del narcotráfico usan sistemas de exportación formal en Ecuador para enviar droga a Europa y Estados Unidos, los grandes consumidores. Según expertos, el 70 % del dinero que genera el narcotráfico se blanquea o lava en el sistema financiero y sólo un 30 % es diluido en la economía informal. Un informe de Naciones Unidas reveló recientemente que entre el 30 % y el 50 % de la droga que llegó a Grecia y Turquía en este año provino del puerto de Guayaquil.
La crisis de inseguridad afecta, sobre todo, a la población infantil y juvenil, que es el blanco de reclutamiento de las grandes mafias. El 40 % de población penitenciaria de Ecuador oscila entre los 18 y 29 años, y el 37,2 % de las mujeres que han sido encarceladas tiene entre 18 y 22 años de edad.
Fuente: Página 12