Messi, una leyenda para todos

Todos van a buscarlo como si fueran alcanzapelotas o juveniles que recién hacen sus primeras armas como profesionales. Todos dicen que hay que disfrutarlo, que después él decidirá. Ese “todos” no son hinchas, no son fans: son jugadores del Barcelona, millonarios, tipos que tienen mil títulos en el lomo (como Piqué y Griezmann, dos campeones del mundo) que se rinden ante Messi, como si ellos no fueran quienes son.

La imagen es fuerte. Si ya fue genial lo que jugó Messi a los casi 34 años, si ya fueron extraordinarios los dos goles que convirtió -en el primero, tuvo un arranque del Leo adolescente-, si ya fue excepcional verlo levantar una Copa por primera vez como único capitán del Barsa, lo que ocurrió en los festejos fue realmente insuperable. Y es un dato más de lo que no se refleja en una estadística, sino en lo que genera esta leyenda en sus compañeros, en sus rivales, en el mundo del fútbol.

Llegó a su título 35 en el Barcelona, alcanzó un nuevo récord como el máximo ganador de la Copa del Rey y así se podrían escribir millones de números. Pero Messi es mucho más que todas las marcas que ya están en los libros de historia. Es entender que somos contemporáneos de un fenómeno singular, de un jugador que lleva casi 15 años en la elite y que cuando parece que su llama se está apagando, se vuelve a reinventar. Y en una temporada que pintaba para estirar los casi dos años sin títulos, logró la vuelta olímpica en el tradicional torneo español y hasta sueña con meter un doblete con LaLiga, en la que marcha a dos puntos del líder Atlético Madrid (al que debe enfrentar) cuando aún quedan ocho fechas por jugarse.

Messi sigue en la cresta de la ola, arriba. Y solo se baja para cumplirles el deseo a sus compañeros y sacarse la foto. No se sabe si será la última con un trofeo y con la camiseta del Barcelona, por eso nadie se lo quería perder. Es un mito. Y hay que disfrutarlo.

Fuente: Olé

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