El partido de la Libertad (PVV), de ideología ultraderechista y contrario a la inmigración, fue la fuerza más votada con 35 de los 150 escaños en las elecciones parlamentarias celebradas de forma anticipada este miércoles en Países Bajos, tras la renuncia del primer ministro hace unos meses por no lograr un acuerdo al interior de su coalición sobre cambios en la política migratoria.
La victoria del antiislamista Geert Wilders en estos comicios es mucho más grande de lo que habían predicho todas las encuestas publicadas en los últimos días, por lo que el PVV duplica los actuales 17 escaños que tiene como partido de la oposición. Le sigue el bloque de izquierdas formado por el socialdemócrata PvdA y los verdes GroenLinks, que encabeza el exvicepresidente de la Comisión Europea Frans Timmermans, que obtendría 26 escaños. El tercer puesto es para el liberal de derecha VVD, liderado por la turco-neerlandesa Dilan Yeşilgöz y al que pertenece el primer ministro en funciones, Mark Rutte, que sufre un golpe electoral y se quedaría solo con 23 escaños, frente a los actuales 34.
Antiislamista y antiinmigración
En su primer discurso tras conocer los datos de los sondeos, Wilders aseguró que el PVV quiere trabajar con otros partidos desde una gran posición y eso significa, señaló, que los demás grupos deben ceder y negociar la formación de gobierno con él. “La esperanza de Países Bajos es que la gente recupere su país. Que el tsunami de asilo sea limitado, que llegue más dinero a las carteras de los ciudadanos», señaló Wilders, quien consideró que los votantes hablaron y que el PVV se asegurará de priorizar los intereses de los neerlandeses en la próxima legislatura, en la que quiere ser primer ministro.
Wilders, el político más amenazado de Países Bajos por sus críticas al islam, defendió así una posible coalición para formar gobierno con VVD y Nuevo Contrato Social (NSC), del democristiano Pieter Omtzigt, que entra al Parlamento con 20 escaños. También quiere gobernar con el apoyo del partido de los campesinos BBB, que obtendría 7 escaños, según los sondeos. «Otros partidos también son bienvenidos. Seré razonable, a pesar de esa maravillosa victoria», subrayó.
Él y su melena oxigenada forman parte del paisaje político neerlandés desde hace décadas, en el que construyó su carrera sobre una cruzada contra lo que él llama una «invasión islámica» de Occidente. Ni sus encontronazos con la justicia local, que lo declaró culpable de insultar a los marroquíes –a quienes llamó «escoria»–, ni las amenazas de muerte, que le mantienen bajo protección policial desde 2004, le desanimaron. «No me arrepiento de haber luchado por la libertad», declaró Wilders a la agencia de noticias AFP en una entrevista en vísperas de las elecciones de 2021.
En su programa electoral, Wilders incluye cuestiones como un referéndum para salir de la Unión Europea (Nexit), así como la prohibición del Corán y las mezquitas en Países Bajos, aunque unos días antes de las elecciones mantuvo un tono más suave en sus declaraciones públicas al asegurar que dejará estas cuestiones en segundo plano porque, según su mirada, el país tiene otros problemas más importantes en estos momentos.
Las organizaciones musulmanas y marroquíes en Países Bajos mostraron su preocupación tras la victoria electoral de la extrema derecha. “La angustia y el miedo son muy grandes”, aseguró Habib el Kadouri, de la Asociación de Neerlandeses-Marroquíes (SMN), a la agencia neerlandesa ANP. «Todo el mundo habla de seguridad social, pero no sé si aún la tenemos. No me siento seguro. Teníamos miedo a esto, pero no pensábamos que el PVV podría convertirse en el partido más grande. No podemos hacer nada. Sólo aferrarnos a la Constitución que menciona la igualdad y la religión como derechos”, señaló Muhsin Köktas, de un organismo de contacto entre la comunidad musulmana y el gobierno neerlandés.
La caída de Rutte
Países Bajos celebró estas elecciones parlamentarias convocadas anticipadamente después de que el primer ministro, Mark Rutte, anunciara la disolución del Ejecutivo en julio debido a discrepancias en la política migratoria del país. “No es ningún secreto que los socios de la coalición tienen opiniones muy diferentes sobre la política migratoria”, declaró Rutte en una rueda de prensa. «Desgraciadamente, tenemos que concluir que aquellas diferencias son irreconciliables. Es por eso que inmediatamente entregaré al rey la renuncia de todo el gabinete por escrito”, añadió Rutte, tras 13 años de gestión en el país europeo.
Durante meses la coalición, integrada por cuatro partidos de centro derecha, intentaba llegar a un acuerdo para aplicar cambios sobre la migración. Una de las propuestas incluía crear dos clases de asilo: temporal para quienes huyen de los conflictos armados y permanente para los que huyen por persecución (por motivos políticos, religiosos o de orientación sexual).
Además, se proponía reducir a 200 la cantidad de familiares a los que se les permite reunirse con los solicitantes de asilo en el territorio nacional y un periodo de espera de dos años antes de que puedan viajar a Países Bajos. Sin embargo, los debates pusieron de manifiesto las diferencias ideológicas entre los miembros de los partidos, porque unos no apoyaban la política de mano dura contra los migrantes y otros abogaban por medidas más contundentes.
Fuente: Página 12