En una NBA cada vez más competitiva, con cada vez más extranjero y cada vez más millonaria, Oklahoma City no compite. Y su récord de 21 triunfos y 44 caídas, que lo ubican en el 13er lugar en un Oeste de 15 equipos, lo comprueba. Mirar al Thunder es motivo de una visita al oftalmólogo, pero todo sea por Gabriel Deck, que a diferencia de su equipo, sí cumplió en sus primeras tres actuaciones en la mejor liga.
Tras los 15 minutos jugados en su debut vs. New Orleans Pelicans, Tortuga tuvo más rienda suelta de parte de Mark Daigneault y el santiagueño respondió con aplomo. Incluso en las dos derrotas de su equipo: el sábado por la noche fueron aplastados por Indiana Pacers por 152-95 (llegaron a estar 67 puntos atrás, a uno del récord histórico de la liga), mientras que el domingo los superó Phoenix Suns, el 1 del Oeste, por 123-120.
Frente a Indiana, Deck marcó su récord en rebotes y estuvo al borde de hacer su primer doble-doble. El alero ex Real Madrid bajó 10 tableros, de los cuales cinco fueron ofensivos, lo que demostró su gran posicionamiento como así también la entrega. Contra Phoenix afinó la puntería e hizo su máxima de puntos al terminar con 11, con un 67% de cancha.
El arranque del sábado había sido a pura anotación, con dos canastas seguidas más la volcada que todavía le falta a Facundo Campazzo en Denver Nuggets. Pero después perdió el foco y falló ocho tiros consecutivos. De tanto intentar, Deck cerró la cuenta con un doble para finalizar con 8 goles. El domingo fue distinto, y su precisión al aro resultó positiva. Tortuga metió cuatro de sus seis intentos y le agregó un 100% desde la línea de libres en tres intentos (falló dos con Indiana).
La noche en el Chesapeake Energy Arena se completó con 6 rebotes, 3 asistencias y un robo. Vale destacar cómo le extirpó la naranja al grandote Deandre Ayton (2m11 contra 1m98 del argentino) y le sirvió la volcada a Tony Bradley. Tampoco fueron todas buenas y Chris Paul lo tuvo a maltraer. Lo castigó en la corta y larga distancia, sobre todo en el parcial de 16-1, en el que Phoenix se recuperó tras el impreciso inicio que le dio la ventaja al local (33-27).
Desde que los Suns se adelantaron en la segunda parte, fue un baile más allá de la corta diferencia final. Y no en sentido poético: Oklahoma City fue de un lado a otro con la música que puso Devin Booker, autor de 32 tantos. En el tercer cuarto la máxima quedó en +17 y en el último período llegó a ser de 18. Una enorme siesta le dio un poco de vida a OKC, pero sin chances reales.
Después de noches consecutivas, llegará la hora del descanso. El martes recibirá a Sacramento Kings.
Fuente: Olé
